I Concurso de Relatos de La Tetera
En primer lugar, queremos explicaros que removiendo papeles y cosas durante este tiempo de pandemia, hemos encontrado los relatos de nuestros concursos de relatos. Hemos pensado que sería un regalo bonito publicalas, para que los podáis leer. Así que, dicho y hecho aquí va la primera.
Para empezar, nuestro I concurso de relatos, fue en la primavera del 2013. El tema para los retratos fue TÉ, por lo cual lo dejamos en el más amplio sentido posible.
Por suerte para nosotras tuvimos algunos concursantes. Como resultado, nuestra ganadora del I Concurso de Relatos La Tetera, fue Marta Veiga Ayala. Felicidades Marta! Finalmente, aquí os dejamos su relato.
Relato ganador
Sin título
Las calles huelen a cansancio. Sus aceras, después de un inmortal día de trabajo, me invitan ya a regresar. Las luces de los coches revelan que vuelven a casa. Y el agotamiento de la ciudad, respira ansiedad. Rebusco unas llaves que desde hace horas se perdieron en el bolso. Al final, ahí están, esperándome pacientes. Cierro la puerta tras de mi, y la oscuridad me da la bienvenida.
La atmósfera de la cocina destila impaciencia, me está retando. Me está esperando. Me adentro en ella y caliento agua en la tetera. Mientras, enciendo unas velas que dormían desde ayer en el mueble del baño. Me desnudo ante el espejo y, en él, veo reflejada mi ropa que descansa revoltosa en el suelo. El sonido del agua llegando a su punto máximo de ebullición, me revela que va a empezar mi ritual.
Sirvo el agua de textura ardiente en mi taza, donde unas hojas de té se mezclan incondicionalmente. Ambos, se fusionan en un solo placer, se unen bajo un mismo son. El aroma que desprende esa taza es indescriptible. Mi mano posee el tazón y, junto con él, me vuelvo ajena al mundo. Una ráfaga de incienso me guía hasta las velas. Ahí, una bañera vestida de espuma blanca me espera. Lentamente, me adentro en un mar de calma, en unas burbujas de vida. Mi cuerpo, queda sumergido en la serenidad de todo aquel rocío, mi cabeza y mis brazos en el aire que respiro. Ese equilibrio se convierte en magia.
Mientras, el agua acuna mi piel. El vapor que se escapa de mi taza es la esencia de este instante. Mis labios se acercan a ella y su aroma acaricia mi boca. Su gusto satisface mis sentidos, y el sabor de aquella infusión se deshace en segundos. Siento cómo se desliza por mi cuello, saboreándolo en su estado más puro. En pocos minutos mi taza está vacía. La dejo descansar sobre una alfombra de baldosas. Sumerjo mi cabeza junto con el resto de mi cuerpo. Las velas resplandecen en mitad de la oscuridad. La espuma me cubre totalmente.
Y el té, mi placer más esperado del día, ha pasado a formar parte de mi alma tranquila. Ella lo sabe, la noche lo sabe y yo, también. La armonía del té me invade. Él me calma. Cuántos problemas borrados de mi mente tras sus sorbos. Bendigo este bálsamo natural. El té se ha unido a mi espíritu sosegado. Y la Luna, testigo de esta noche tranquila, es quien cubre, durante unos minutos, mi efímera eternidad.
Os ha gustado tanto como nosotras? Nos encanta los relatos de amateurs, no tienen que estar tán perfectos pero eso sí, se nota mucho el amor y sentimiento que han dejado en las palabras que han escrito.
Gracias a tod@s por participar!! Finalmente os queremos decir que formáis parte de nuestras vidas. L@s Teter@s verdaderamente sois fántasicos!!